Cosas que ya no cuadran: ¿el fin de la Doctrina Carter?

Tenemos muy asumido que buena parte de la política (o al menos de la actuación) exterior estadounidense tiene como principal, sino único, objetivo asegurarse el suministro energético del país. Aunque no se corresponda exactamente, esto es lo que solemos conocer como la Doctrina Carter, que afirma que los Estados Unidos empleará la fuerza para defender sus intereses en la zona del Golfo Pérsico. Intereses que, comúnmente, se han asociado con el petróleo.

Estos días, aunque sé que suena raro, me estoy preguntando si la citada doctrina no habrá iniciado su vía de extinción, o sino está ya muerta definitivamente. Lo empecé a barruntar a raíz de las revueltas en el Mundo Árabe, donde me extrañó -algo inaudito para las personas, como yo, criadas en la segunda mitad del Siglo XX, cuestión que ya apunté en la entrada ¿se acabó la geopolítica del petróleo?– la falta de respuesta, e incluso abandono, de Estados Unidos en lo referente a los intereses petroleros en la zona.

Lo sigo barruntando cuando dirijo mi mirada hacia Asia Central. Región compuesta por Kazajastán, KIrguistán, Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán -en el enfoque mainstream norteamericano, también incluye a Afganistán- y que en los 1990s se consideró como la «nueva OPEP» o el «nuevo Eldorado»

Hoy, casi veinte años después, si algo llama la atención en esta región es -salvo en Kazajastán- el poco peso que las inversiones de las grandes compañías petroleras estadounidenses -y amigas- tienen en la zona. Si no me creen, miren en los enlaces del párrafo anterior qué empresas aparecen listadas en el desarrollo y transporte de los proyectos energéticos regionales ¡Es inaudito, también! Personalmente, nunca había oído de ningún país «petrolero», abierto a la inversión extranjera, en el que no estuviera representada alguna de las supermajors (BPAmoco, Texaco-Chevron, ExxonMobil, PhilipsConoco, Royal Dutch Shell y TotalFinaElf).

A esta curiosidad, se le suma, que en todo aquello que tiene que ver con el discurso sobre la retirada de Estados Unidos de Afganistán, no se menciona como prioridad asegurar el suministro energético de USA en la zona. En este sentido, lo que Departamento de Estado ha definido como the New Silk Road Strategy es una estrategia -pilotada desde EE.UU.- pero con miras a crear corredores regionales. Se habla de vías hacia Pakistán e India, de comercio con China o Turquía, pero nada que directamente tenga que ver con garantía de intereses energéticos americanos en la zona. Tal vez, porque los que hay son escasos. No sé, no sé…., pero todo esto suena raro. Aunque se me diga que el New Silk Road forma parte de una estrategia en etapas en la que primero se construyen los corredores para sacar el petróleo y el gas y después se instalarán «nuestras» compañías, ésta no ha sido la forma habitual.

Pero puesta a ver cosas poco habituales, todavía veo más. En Estados Unidos, los medios más conservadores, hablan del adios a la OPEP, para defender la producción nacional de petróleo y gas no convencional que, según un titular- guardado hace unos meses- será suficiente para convertir al Hemisferio Occiental en autosuficente. Es más descubro que en algunos medios norteamericanos se están planteando, de cara a reforzar sus alianzas en el Pacífico, exportar gas a Japón.

Miren todo esto junto y verán que no suena a nada conocido en la tradicional geo-política del petróleo: Estados Unidos que no interviene en el Mundo Árabe; las supermajors que casi no están presentes en Asia Central; la falta de mención directa de los intereses estadounidenses en esta misma región; la posibilidad de que el nuevo auge gasista-petrolero convierta a Occidente en autosuficiente; y la idea de que Estados Unidos podría reforzar su influencia en el Pacífico a través de exportaciones de hidrocarburos no convencionales. La guinda, ya la apunté en mi última entrada sobre la campaña electoral en Estados Unidos: la constante referencia al objetivo de lograr la autonomía energética.

Nada de estos será, pero para especular -que para esto están los blogs- estas ideas no están nada mal, pues lo cambian todo, pues una geo-política dominada por asegurar, al precio que sea, el suministro energético, con los nuestros y para los nuestros, es sustancialmente distinta de la que se deriva de la búsqueda de la autonomía energética. Pero, cuidado, que nadie se haga ilusiones, pues decir que algo es distinto no significa decir que es mejor.

2 comentarios en “Cosas que ya no cuadran: ¿el fin de la Doctrina Carter?

  1. No se si es el fin de la Doctrina Carter pero el fin de las doctrinas suele ocurrir cuando dichas doctrinas son imposibles de llevarse a la practica y en Asia Central el fracaso norteamericano puede explicarse por muchos factores pero solo me centraré en uno.

    1.El país clave en Asia Central bajo la perspectiva geopolítica norteamericana es Afganistan todas las tuberías todas las carreteras deben converger hacia allí las demás rutas consideran que benefician a sus rivales.

    2. Las empresas norteamericanas siempre han acompañado sus intereses comerciales y sobre todo energéticos de un gran poder militar para garantizar sus negocios ..

    3.Curiosamente cuanto mayor ha sido el gasto militar norteamericano en términos generales mayor ha sido la inestabilidad en Iraq y Afganistan .Ver gasto militarhttp://www.globalissues.org/article/75/world-military-spending

    4. En 2009 el presupuesto militar norteamericano alcanzó un record ,el 54% del gasto de estado norteamericano se dedico a defensa. ://www.globalissues.org/article/75/world-military-spending

    5.A partir de 2010 el gasto en defensa comenzó a bajar estan agotados

    6.Parece que el gobierno norteamericano ya no puede dotar de la seguridad militar que antaño reclamaban sus petroleras y paises aliados .En este contexto es difícil desarrollar cuantiosas inversiones en crudo y gas en Asia central .Mas aun cuando Washington tiene prevista su salida de Afganistan.

    En definitiva sus esfuerzos militares no han generado un entorno estable para los intereses del estado norteamericano ni en Iraq ni Afganistan y mucho menos para las poblaciones que habitan estos paises pero si enormes beneficios para las empresas que trabajan con el complejo militar industrial.

    Miguel Angel

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