Pasar por el Siglo de las luces para llegar a la sinrazón

Esta semana he tenido poco tiempo para recabar información, pero en mi habitual barrido, veo noticias diversas que me generan desconcierto, malestar, enfado y pesimismo. Por ello, presento hoy algunos esbozos de estos pensamientos.

1) retazo de pensamiento sobre el petróleo

Acabo de mirar la cotización del barril de Brent, está a 124,30, frente a los 109,6 a los que estaba el 20 de enero de 2012. Ello quiere decir que en poco más de un mes, el precio del crudo ha aumentado en torno a un 15%. En la radio, escucho que ello se debe al efecto de la situación iraní. El miedo a lo que ocurra en el Golfo Pérsico cuesta mucho dinero a los consumidores, pues a las oscilaciones catalizadas por las alarmas, le hemos de sumar el coste de la defensa del Estrecho de Ormuz, que según las estimaciones al uso puede incrementar entre un 10% y un 50% el coste de la gasolina en Estados Unidos.

La bondad o maldad de estos incrementos, la hemos de valorar en términos de ganadores y perdedores. En estos términos, todo lo demás permaneciendo igual, este 15% de aumento quiere decir que en menos de un mes, el mismo barril de petróleo cuesta un 15% más; o que su excedente se ha incrementado un 15%. Es decir, un 15% más para repartir, dependiendo de cómo estén los equilibrios de fuerzas, entre gobiernos autocráticos de los mal llamados países productores, las grandes empresas -estatales y privadas- internacionales del sector, y los fondos soberanos. En el otro lado, ello debería implicar un aumento del 15% en las balanzas por cuenta corriente de los, también mal llamados, países consumidores. Si tuviéramos los datos, podríamos estimar cuánto aumentarán los costes de defensa de nuestra gasolina. Fuere cual fuera, significaría más dinero de los contribuyentes destinado a proteger nuestro suministro energético, y más dinero a los bolsillos de las actividades relacionadas con el sector de defensa.

A la luz de lo anterior, considero que el empecinamiento en seguir buscado y buscando petróleo es irracional, pues quiere decir optar por un modelo energético, cuyo precio y costes actuales son totalmente imprevisibles, y cuyos costes futuros, siendo también imprevisibles, sólo pueden ser crecientes por su condición de recurso finito con consumo creciente. Y, quiere decir, también, que al apostar por ello, en las condiciones actuales mantenemos regímenes autocráticos, facilitamos que los grandes conglomerados energéticos internacionales obtengan más beneficios, lubricamos todavía más los mercados financieros internacionales, y, aunque de signo distinto, favorecemos el desarrollo del sector militar y de defensa. A cambio, los ciudadanos vemos engrosar cada día más nuestros ya abultados déficits exteriores que pagamos entre todos.

2) retazo de pensamiento sobre las nucleares

Leo en El País de ayer, que Unesa se desmarca del «lobby» atómico y sostiene que la energía nuclear no es barata. Quien declara esto, señoras y señores, es el presidente de la patronal eléctrica! Sumándose así, a lo que ya decía el Tribunal de cuentas de Francia y el informe de Citigroup para el Reino Unido, de los que ya hemos hecho mención en nuevas cartografías… Pueden leer la noticia y verán que en ella se dice que -el único, esto lo añado yo- negocio real de las nucleares es alargar su vida, pues una vez construída la nuclear, el combustible es muy barato. No lo son tantos sus residuos.

Estas declaraciones del presidente de Unesa, tienen lugar la misma semana en que los inspectores de la de la IAEA regresan de Teherán, alarmados, pero sin resultados; y la misma semana en que Corea del Norte decreta una tregua nuclear. Sea lo que fuere que ocurra en Irán o en Corea del Norte, visto que cada vez hay más voces que coinciden en que la opción nuclear no es barata, es claro que su opción «nuclear» es más el fruto de un posicionamiento en el nuevo (des)orden mundial que se está fraguando, que una opción energética. De hecho, si se piensa con calma, el riesgo real de que Irán pueda fabricar una bomba atómica no es tanto que pueda bombardear a Israel, sino que se hará patente que ese acto de soberbia extremo, que fue el reparto del orden nuclear del mundo -también, en Yalta- ya no se sostiene sobre bases -de poder- reales. Mostrará que si se extiende el «mundo nuclear», concebido por y para el mundo reducido de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (mundo al que, en este caso, se dejo participar a Alemania y Japón), éste no es ni estratégica ni fisicamente posible..

3) retazo de pensamiento sobre el fin generalizado de ayudas a las renovables

Esta misma semana, leo en el The Guardian, las siguientes noticias, en el Reino Unido la política del ministro Osborne hace peligrar el futuro de la energía eólica, y en Alemania, donde el nuevo sector solar era uno de los más prometedores, en términos industriales, de empleo, de ahorro exterior, parece que van a retirar las subvenciones a este tipo de energía. En esto, España gana; nuestro ministro Soria, se adelantó…

Todos estos retazos de pensamiento juntos me llevan a pensar que en esta parte occidental del mundo nos hemos vuelto locos. Nos aferramos a dos modelos energéticos, el del petróleo y el nuclear, que han alimentado a los «monstruos» que ahora se nos comen. Basta mirar quiénes son los ganadores inmediatos del pánico creciente en el mundo del petróleo o basta pensar a la sinrazón que nos ha llevado la soberbia nuclear. Pero, frente a ello, nuestros dirigentes -supongo que influídos por el conglomerado energético dominante- amputan las pocas opciones de salida que tenemos.

Hace unos años leí sobre las sociedades que se habían suicidado ecológicamente. El pasado 1 de marzo, Andrew Simms volvía a hablar de ello. Argumenta que, hoy, lo que les ocurrió a los Mayas, al reino de Mesopotamia o a los vikingos de Groenlandia, sería evitable, pues la humanidad científicamente y técnicamente es tan avanzada que sabe y tiene medios para evitar el colapso de nuestro ecosistema. Pero, afirma también, que las medidas que, en su caso, el Ministro Osborne, pretende adoptar nos llevarán al colapso. Supongo que lo mismo vale para las medidas en Alemania y en España.

Ante ello, tristemente, llego a la terrible conclusión que el progreso de nuestra civilización es que ya no nos ensuciamos las manos matándonos a nosotros mismos, sino que dejamos, sabiendo que está mal, que nos asesinen los mandarines del Poder. En fin, pasar por el Siglo de las luces, para llegar a la sinrazón…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s